En el mini básquet costarricense hubo un antes y un después con la pandemia. Pasó en casi todos los países, pero en Costa Rica el impacto fue muy fuerte. Así lo explica Jimmy Rojas Quiros, coordinador de la Comisión Nacional de Mini Basketball de la Federación Costarricense de Baloncesto. Antes del Covid 19, la participación era aceptable, si se toman en cuenta las cifras de distintas academias de baloncesto, en su mayoría privadas, a lo largo y ancho del país. Después del Covid 19, nacieron nuevos proyectos de formación en mini que permitieron un crecimiento significativo en cantidad de jugadores, en la calidad de los procesos de formación y en la capacitación de los equipos formativos.
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“Falta mucho camino, mucho por crecer, pero el rumbo tiene un norte definido y las debilidades se han venido fortaleciendo”, explica Rojas Quiros.
En paralelo al proceso inmediato de postpandemia, el torneo nacional de Liga Menor no logró desarrollarse, lo que provocó una desconfianza administrativa al órgano federativo nacional y una disminución en los programas de mini baloncesto a nivel nacional.
Esto generó un trabajo serio desde el seno de la Federación Costarricense de Baloncesto para fortalecer el mini baloncesto. Bajo la organización adecuada de los eventos nacionales de Liga Menor y el apoyo hacia las academias quienes, se conformó un músculo nacional de promoción.
Armar una nueva estructura organizativa fue la clave para un crecimiento significativo, exponencial y ordenado. El Comisionado Nacional de Liga Menor y el Coordinador Administrativo, restablecieron el orden al evento.
El mayor avance se ha logrado después de la Convención Anual de Mini Baloncesto organizada por FIBA el año pasado en León, México, donde se conformó oficialmente la Comisión Nacional de mini basketball de Costa Rica, un órgano administrativo de la Federación Costarricense de Baloncesto (FECOBA), a la cual se le ha delegado la toma de decisiones en cuanto a todo lo referente al mini basketball nacional.
Una de las primeras acciones de la Comisión, a través de su subcomisión de Educación fue la alianza con la Escuela de Educación Física, Deporte y Recreación de la Universidad Florencio del Castillo (UCA). Se conformó el curso de capacitación llamado Playaful Basketball. Está dirigido a todo el territorio nacional y se desarrolla en siete zonas, bajo una modalidad híbrida (virtual 90% y presencial 10%). El objetivo es compartir las líneas filosóficas de FIBA en cuanto al trabajo en mini baloncesto, certificando a los estudiantes en trabajo específico.
También se abrió un canal de Youtube de la Comisión con la finalidad de generar un archivo de información gratuito para acceder a información de utilidad para los formadores. A un mediano plazo se pretende realizar capacitaciones propias en formación de arbitraje especialista para mini baloncesto y otras capacitaciones de interés, para seguir trabajado en el crecimiento.
La inclusividad en el mini básquet de Costa Rica es esencial, especialmente para niños con capacidades diferentes. Por otro lado, se observa una disparidad de género, con una participación desigual entre niños y niñas, especialmente en la categoría U12 femenina: solo representaba el 3.6% del total de jugadores inscriptos en el torneo nacional. Para abordar esta disparidad, se implementaron estrategias, entre ellas exonerar aranceles de inscripción para equipos femeninos en ciertas categorías, lo que resultó en un aumento significativo en la inscripción.
Todavía queda trabajo por hacer para promover la inclusión de niños y niñas con discapacidad. Y es crucial fortalecer la colaboración con programas como Olimpiadas Especiales para garantizar la participación plena de todos los niños en el mini básquet.
Este es un tema de tamaño nacional. Gran parte de la infraestructura utilizada para el desarrollo de eventos de mini baloncesto son propias de gobiernos locales que tienen su cancha (la mayor parte en concreto) con aros a 3,05 metros de altura. Son casi nulas las infraestructuras deportivas del país que cuentan con pisos adecuados para disminuir las posibilidades de lesión y muchos menos las que tienen tableros ajustables para disminuir la altura a los niños y niñas. El precio de esto es la estandarización en el torneo nacional de jugar con tableros a 3,05 metros. Falta mucho por avanzar en este tema.
El Ministerio de Educación Pública (MEP), encargado del sistema educativo nacional, cuenta dentro de los servicios educativos ordinarios con clases de Educación Física. Pero solo un 25% de la población escolar tiene un docente de educación física en sus instituciones (públicas). Para este pequeño porcentaje existe la unidad de baloncesto. Pero, lastimosamente, las instituciones públicas no cuentan con la infraestructura mínima, ni los recursos didácticos (balones como mínimo) para que el docente encargado pueda enseñar.
A pesar de esto, existe el Programa nacional de los Juegos Deportivos Estudiantiles que dentro de sus disciplinas deportivas está el mini baloncesto. Ante la necesidad de las instituciones públicas a estas instancias finales, lo más usual es la presencia de instituciones privadas, las cuales tienen los recursos e infraestructura para preparar a sus niños.
En Costa Rica existe el torneo nacional de Liga Menor (categorías U8, U10 y U12 en masculino, femenino y mixto), además de torneos nacionales de 3X3 y el programa de Juegos Estudiantiles. La promoción de una competencia saludable comienza desde la sensibilización a los encargados de los programas, a los Coach para que ellos lleven esa información a sus padres de familia y jugadores, reforzado por breves campañas en las redes sociales de la federación. En la misma normativa nacional se establecen sanciones disciplinarias a quienes trasgredan esos límites del respeto mutuo.
Existen varias aristas de suma importancia. La masificación es la prioritaria. El tener más cantidad de programas de formación de mini baloncesto y generar mayor apertura a nuevos entrenadores permitiría una mayor regionalización del mini baloncesto, una mayor cantidad de juegos al año y disminuir los costos económicos de las organizaciones. Hoy, entre transporte, arbitraje y gastos, las organizaciones deben invertir mucho recurso económico cada fin de semana, lo que a su vez se vuelve una limitante. Hacen falta más árbitros, insumos, entrenadores e incentivos a las organizaciones inscriptas.
En este momento, FIBA, a través de la Fundación Basketball for Good, es un gran aliado al desarrollo de programas nacionales de mejoramiento del mini baloncesto nacional. Aun así, está abierta la opción de realizar más alianzas internacionales que sumen a los objetivos de trabajo de la Comisión nacional.
La misión de la comisión es establecer las líneas de acción referente a la capacitación, competencia, festivales, acciones de desarrollo, representaciones nacionales y todo aquello que sea pertinente al Mini Basketball de Costa Rica. Para ello, elaboró el Plan de Desarrollo del Mini Basketball en Costa Rica 2024 – 2028, que se suma al Cuadro de Mando Integral (CMI), donde se visualiza de manera global el rumbo de la comisión en los próximos cuatro años desde los niveles estratégico, organizativo y de recursos.
El objetivo es generar un desarrollo amplio y sostenido en las áreas de masificación, capacitación y eventos deportivos – recreativos. Se busca consolidar al mini baloncesto como una herramienta deportiva humanística para generar cambio social y respetar valores, reconociendo la etapa de desarrollo de sus participantes, de cara a los retos globales emergentes.
La planificación estratégica prospectiva para el logro a corto, mediano y largo plazo señala cinco puntos fundamentales:
Uno. Estructurar la administración del Mini Basketball costarricense, a través de un modelo de gestión deportiva fresca e innovadora.
Dos. Establecer estrategias de masificación del Mini Basketball en todo el territorio nacional, por medio de acciones integrales que permitan el incremento de los programas que desarrollen este deporte.
Tres. Validar los procesos de capacitación a los involucrados en el Mini Basketball costarricense, mediante la coordinación plena con los encargados de los procesos, para que se ajusten a las líneas estratégicas del plan de desarrollo de la Comisión.
Cuatro. Acordar las líneas estratégicas necesarias en cuanto a los modelos de desarrollo de los eventos deportivos y recreativos del Mini Basketball nacional, apegadas a las directrices de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Cinco. Validar el modelo de competición nacional de Mini Baloncesto a aplicar en cada temporada, en coordinación con el Comisionado a cargo del torneo nacional de Liga Menor.
“A lo largo de estos años esperamos ver un baloncesto costarricense fortalecido, en crecimiento y con exposición internacional”, concluye Jimmy Rojas Quiros.
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