El básquet es un deporte que experimentó una evolución constante en el último tiempo, tanto en términos tácticos como también en los aspectos físicos de los jugadores. Otro campo que mejoró el rendimiento de los equipos, fundamentalmente en su dimensión práctica, fue el de la aplicación de las estadísticas avanzadas. Los datos abundan y su análisis permite maximizar el potencial de los equipos.
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Sin embargo, la estructura y organización de los programas formativos no cambió tanto. ¿Desde qué lugar hago una afirmación tan tajante? Hace unos días hice una encuesta abierta en mis RRSS indagando sobre cómo los entrenadores de básquet formativo agrupaban a sus jugadores al momento de entrenar. Propuse cuatro opciones entre las cuales elegir. Ellas eran: edad cronológica, niveles de juego, biobanding o de otra forma.
Antes de compartir con ustedes los resultados, les quiero contar una historia que, a priori, no tiene nada que ver con el tema en cuestión ¿O sí? La historia cuenta que un matrimonio joven se casa y, al cabo de un tiempo, la señora prepara una "colita de cuadril" al horno. Cuando la lleva a la mesa y el marido la ve, le pregunta:
- ¿Por qué le cortaste la punta? Está riquísima, pienso que podríamos aprovechar toda la carne.
- No sé, mi mamá siempre la hizo así – respondió la mujer.
Cuando van a lo de la madre, él recuerda la colita de cuadril y le consulta cuál era el fin de cortarle la punta, a lo que ella responde: "No sé, mi mamá siempre la hizo así".
Ya mucho más intrigado, decide ir a ver a la abuela de su esposa y resolver el misterio. Cuando le consulta sobre esto, la Sra. Responde: "Es que mi horno era pequeño y no entraba".
Esta historia da cuenta de que muchas veces hacemos las cosas porque siempre se hicieron así, sin detenernos a pensar si hoy, efectivamente, esa sigue siendo la mejor opción. Ahora sí, a los resultados:
1) Agrupo por edad cronológica 48%
2) Agrupo por niveles de juego 40%
3) Agrupo por biobanding 8%
4) Agrupo de otra forma 4%
La edad cronológica sigue siendo la principal forma de agrupamiento de los equipos dentro de un programa formativo. Es decir, los que tienen 13 entrenan con los de su edad. Los de 15, con los de la suya. Y es lógico, si pensamos que la competencia está organizada en base a la edad cronológica. Sin embargo, los invito a seguir avanzando en el análisis para averiguar si podemos encontrar un formato superador.
Agrupar por niveles de juego obtuvo también un gran porcentaje. Habría que profundizar si quienes eligieron esta opción agrupan por niveles dentro de todas las categorías formativas o bien lo hacen dentro de la misma categoría. Es decir, ¿un jugador de 12 años que juega bien entrena con los de 13 porque su nivel de juego así lo permite y el de 13 que todavía no, lo hace con los de 12? ¿O bien, dentro de los U13 se arman diferentes grupos para entrenar? Me inclino más por esta última opción, pero al no tener la rigurosidad científica de una investigación, dejo la duda planteada.
Me sorprende el bajo porcentaje que tiene el agrupamiento por biobanding. Y en este sentido, no puedo soslayar la idea de la falta de formación de los entrenadores en esta técnica que es muy fácil de aplicar y que permite nivelar el entrenamiento mucho mejor, al menos, que el agrupamiento por edad cronológica. ¿Qué es el biobanding? El biobanding es una técnica de organización de jugadores que se basa en el desarrollo biológico de cada individuo en lugar de su edad cronológica. En otras palabras, se trata de agrupar a los jugadores en función de su madurez física y fisiológica en lugar de su fecha de nacimiento.
Esto implica que los jugadores que se encuentran en etapas similares de desarrollo físico entrenen juntos, independientemente de su edad real. Es un sistema muy utilizado en países que son potencia en desarrollo deportivo y la metodología de aplicación no es para nada compleja. De hecho, ingresando datos básicos en una fórmula [1], como por ejemplo la altura de los padres, altura y peso del jugador y fecha de nacimiento, podemos predecir la estatura adulta prevista para ese jugador y compararla con la actual, lo cual nos da un porcentaje de su maduración. Esos porcentajes dividen a los jugadores en cuatro bandas biológicas:
🔹 Prepuberal (<85% de la estatura adulta prevista)
🔹 Puberal precoz (>85-90% de la estatura adulta prevista)
🔹 Pubertad media (90-95% de la estatura adulta prevista)
🔹 Pubertad tardía (>95% de la estatura adulta prevista)
Agrupando de esta forma se pueden planificar con mayor certeza las cargas del entrenamiento haciendo que las prácticas sean más homogéneas en términos de desarrollo físico ¿Es una solución absoluta? De ninguna manera, porque deja afuera los saberes previos y la experiencia que tenga ese jugador. Pero al menos es mejor que el agrupamiento por edad cronológica.
Continuando en esta línea, un aspecto a tener en cuenta es que se debe re-evaluar de forma sistemática, ya que en edades claves para el desarrollo deportivo de un jugador de básquet (pre adolescencia y adolescencia) se producen cambios corporales muy grandes en cortos períodos de tiempo. Por lo cual, por ejemplo, el Pallacanestro Varesse, equipo de Italia que utiliza este sistema para su programa de desarrollo, reevalúa a sus deportistas cada 3 meses (según mencionó Herman Mandole, su director de desarrollo de jugadores en un episodio del Podcast LG [2] que compartimos hace unas semanas).
Si bien esta técnica no es nueva, aún en Latinoamérica no se ha desarrollado ampliamente. Esto es llamativo si tenemos en cuenta que los sesgos de edad siempre tendieron a favorecer a los deportistas de madurez temprana, dejando relegados a los que maduran en forma tardía. Tal como demostramos en nuestro estudio [3] sobre el mes de nacimiento que prevalece en los jugadores seleccionados a los equipos provinciales de SUB13 en los Torneos Argentinos de 2017, 2018 y 2019, hay una preferencia por elegir a los jugadores nacidos en el primer trimestre del año para integrar esos equipos y, por ende, esa proyección a futuro les da más oportunidades. Y la realidad es que eso no sucede porque sean excelentes jugadores de básquet, sino porque simplemente al madurar antes son más grandes, más fuertes y más rápidos.
Si consideramos que la competencia está organizada por la edad cronológica y que eso sería un factor condicionante para planificar los programas de entrenamiento usando el biobanding, bien podríamos preguntarnos si la competencia, en edades formativas, es el objetivo o el medio para formar al jugador. Como no creo que haya una única respuesta, propongo pensar el programa de desarrollo aprovechando los puntos positivos de ambos formatos. Es decir, si un club, colegio o academia tiene 3 prácticas semanales, por qué no pensar en realizar dos prácticas por biobanding, en donde se lleven a cabo las sesiones de técnica individual, táctica individual en situaciones reducidas y acondicionamiento físico y una práctica colectiva en donde el agrupamiento sea por edad cronológica para poder desarrollar conceptos de equipo entre quienes competirán el fin de semana. Seguramente cada contexto sea único y particular. Nadie mejor que el coordinador o responsable del programa de desarrollo conoce las características del lugar donde trabaja. Sin embargo, creo importante estar actualizados y abiertos a metodologías a las cuales no estamos tan acostumbrados; pero que, basados en datos e investigaciones, es evidente que nos pueden ayudar a mejorar nuestro proceso de formación.
por Pablo Genga
[1] Growing our future sports stars - University of Bath. Disponbile en: https://stories.bath.ac.uk/growing-our-future-sports-stars/
[2] Podcast LG Básquet – T2 - Capítulo 14: Herman Mandole: "Buscamos jugadores que puedan crear sin importar la posición". Disponible en https://open.spotify.com/episode/
[3] Basquetlg.com El Básquet, El Talento y el Efecto mateo, LG Basquet. Disponible en: https://basquetlg.com/Analisis-Investigacion.php?de=minibasquet-efecto-mateo
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