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El placer de formar un jugador
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El placer de formar un jugador

Este es un listado de nueve factores necesarios para pensar el desarrollo deportivo sólido de un jugador de básquet. Cómo comprometerse y construir sentido de pertenencia.

14 / 10 / 2024

Imaginemos por un momento que nuestro objetivo es tener el jardín de nuestra casa lindo, con flores, con el pasto verde y prolijo, de manera tal de sentir orgullo al verlo cada día. ¿Cómo hago para que suceda? Tengo dos opciones. Una es ir al vivero, comprar todas las plantas crecidas, comprar los rollos de pasto y llamar al jardinero para que haga el trabajo. En el transcurso de un momento, casi en un abrir y cerrar de ojos, voy a tener el jardín soñado.

Otra opción sería tomar un camino más largo. Trabajar la tierra, nivelar el terreno, comprar las semillas e involucrarme en un trabajo diario y sistemático que me llevará mucho tiempo. Sembrar las semillas, regarlas, cuidarlas y aportarle todos los nutrientes necesarios para que crezca día a día. Al cabo de unas semanas, meses e incluso quizás años, voy a disfrutar de mi jardín.

¿Cuál es la diferencia entre estas dos formas? El sentido de pertenencia que me vincula con el resultado.

Charla en vivo: La construcción defensiva en el mini básquet

Hagamos ahora la analogía con la formación de un jugador. Podemos ir a buscar un jugador formado, ponerle la camiseta de nuestro club, colegio o academia y disfrutar de verlo jugar para nuestro equipo. Pero ¿es el mismo el sentimiento si formamos parte de su proceso de desarrollo como jugador? Estoy convencido que no. Participar del desarrollo de un jugador a lo largo del tiempo, verlo aprender, crecer, madurar y superar desafíos a lo largo del camino no sólo que reconforta sino que también nos permite aprender sobre el proceso y mejorarlo cada día.

En este sentido, la planificación del trabajo a realizar es determinante al tiempo que se amplió y diversificó, en los últimos años. Hasta hace unas décadas, bastaba con enseñar fundamentos, comportamientos tácticos y desarrollar las cualidades físicas de nuestros jugadores. Hoy, por el avance de las ciencias del entrenamiento y el desarrollo deportivo, se agregan otras aptitudes que son necesarias considerar a la hora de desarrollar un jugador.

A continuación, voy a listar algunas cuestiones que considero importantes incluir en un programa de formación de jugadores de básquet que se adecúe a las demandas del básquet moderno. Algunos ítems son de mi autoría y otros surgen a partir de una consulta que hice a entrenadores a través de redes sociales:

Dominio del balón: quienes me conocen saben mi opinión acerca del abuso del entrenamiento de skills descontextualizadas en una práctica. Sin embargo, considero que dominar el balón permite al jugador hacer lo que quiera dentro del campo de juego. Ese dominio, lejos de ser aislado, debe ser entrenado con ejercicios facilitadores y rápidamente aplicado en contextos reales de juego. Por lo tanto, si nuestra intención es formar un jugador polifuncional es clave que el balón sea una extensión de su mano.

Desarrollo físico: la mejora de las cualidades físicas en este básquet tan vertiginoso y atlético ya no es opción. Quien no prepare su físico para jugar la va a pasar mal. Fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad, coordinación, disociación de movimientos y entrenamiento específico del salto deben formar parte del programa desde la etapa puberal. Sin embargo, el trabajo físico no comienza ahí. Desde edades tempranas (mini básquet) debemos enseñar a moverse con eficiencia, haciendo hincapié en el trabajo de apoyos, lateralidad, equilibrio y posturas.

Aprendizaje, perfeccionamiento y entrenamiento del lanzamiento: no es novedad la importancia del lanzamiento en la actualidad. Para formar un jugador no alcanza solamente con el tiempo que destinamos en las prácticas colectivas para mejorar su técnica de lanzamiento o sus porcentajes de tiro. Inevitablemente tiene que haber un trabajo extra. Y en este sentido tenemos que diferenciar dos objetivos.

Primero, tenemos que asegurarnos que la técnica de lanzamiento sea la correcta. Aquí es de suma importancia la intervención del entrenador a través de ejercicios analíticos, correctivos, en donde la observación toma un papel fundamental.

Segundo, una vez que la técnica es la correcta, trabajar sobre la velocidad de ejecución y el porcentaje de tiro. En esta etapa, si el entrenador no puede estar presente en las sesiones específicas de lanzamiento, puede organizarle al jugador una rutina de lanzamiento, con ejercicios variados y con objetivos de porcentaje a cumplir por semana, para hacer un seguimiento periódico e ir acompañando la evolución.

Desarrollar la toma de decisiones: este aspecto del desarrollo del jugador es uno de los más difíciles de enseñar. Dentro de los tres momentos de una acción motriz (percepción, toma de decisión y ejecución), las fases invisibles son complejas de desarrollar. Un error común que se comete es pretender que los jugadores tomen decisiones correctas a través de prácticas en donde la mayoría de las acciones están reguladas por el entrenador.

En palabras de Pep Guardiola “la toma de decisiones se enseña cuantas más decisiones tenga que tomar el jugador. A menor nivel, más espacio y más tiempo y a mayor nivel, menos espacio y menos tiempo para tomar decisiones”. Siguiendo este criterio, si pretendemos formar jugadores que tomen decisiones acertadas, debemos presentar escenarios reducidos en donde el qué, el cuándo y el por qué hacer sean el eje central del problema a resolver, con pocas intervenciones o condicionantes por parte del entrenador.

Aprender a entrenar (desarrollo de hábitos): en este aspecto involucro una serie de cualidades que considero que mejoran la entrenabilidad del jugador. El respeto por los horarios, asistir con la vestimenta adecuada, ser ordenado en cuanto al uso de espacios en el club: ubicar bolsos y mochilas donde corresponda, no salivar en la cancha y colaborar con el orden del material de práctica son aspectos importantes.

La actitud respecto al entrenamiento es otra cuestión a enseñar. Debemos instalar desde un principio que el entrenamiento es un espacio de mejora y que como tal debe ser llevado a cabo al 100% de intensidad. Es un lugar en donde los errores de ejecución y comprensión están permitidos, debiendo corregir los de atención y concentración. Siempre que el entrenador haga una intervención será en busca de la mejora del jugador, por ende, se debe entender que las correcciones deberán ser recibidas e interpretadas positivamente.

Descanso, nutrición e hidratación: el entrenamiento invisible también ayuda en la formación de un jugador. Respetar los horarios de descanso y ajustar la nutrición e hidratación a las demandas de un deportista son aspectos que mejorarán la performance dentro de la cancha. En etapa formativa, debemos buscar un equilibrio entre la vida del niño/adolescente y la del potencial deportista. Sin embargo, cuando el nivel de juego ya evolucione y el jugador pretenda comenzar a recorrer el camino del mediano/alto rendimiento, estos aspectos deberán ser tomados más en cuenta e incluso se deberá contar con el asesoramiento de un profesional.

Cuidado del cuerpo: un programa de desarrollo debe contemplar un equilibrio justo entre carga y recuperación. Es tan importante lo que suceda dentro del campo, como también lo que haga el jugador para recuperarse después de esos estímulos. Debemos realizar sistemáticamente charlas sobre prevención de lesiones en donde enseñemos a nuestros jugadores a prevenir lesiones y a desarrollar la capacidad de percibir su propio cuerpo para que les permita diferenciar una molestia típica de un deportista en formación de una lesión. En este sentido, podemos complementar a los entrenamientos con sesiones de stretching, pilates o yoga con el objetivo de desarrollar hábitos de cuidado corporal y relajación.

Fortaleza mental y disciplina: alguna vez escuché a Pepe Sánchez hablar de la gratificación tardía, condición necesaria para el desarrollo de un deportista. Este concepto, define al tiempo que debe esperar un jugador entre el esfuerzo que demanda su práctica y el beneficio que puede obtener a partir de él. En la sociedad actual, en donde la inmediatez es moneda corriente, instalar la idea de la importancia del trabajo diario a pesar de no ver resultados inmediatos se vuelve determinante.

Debemos convencer al jugador que sus acciones cotidianas serán lo que lo lleve a cumplir sus objetivos o no. La posibilidad de no cumplirlos siempre está presente, a partir del momento que el básquet es un deporte en donde el contrario también juega. Por eso, el desarrollo de la resiliencia es otro factor clave a considerar en el proceso de formación. La capacidad que tenga el jugador de superar obstáculos y de persistir frente a la adversidad, manteniendo su confianza es otro pilar en su desarrollo. Habitualmente la palabra disciplina se la relaciona con el rigor, el verticalismo o la obediencia. Sin embargo, creo que debemos entender por disciplina a hacer lo que corresponde sin excusas, sabiendo que a pesar de que a veces no vemos el resultado pronto, estamos construyendo el éxito a futuro.

Dominio de terminología técnica en inglés: este idioma universaliza los términos que se utilizan en el básquet, por lo cual, más allá del estilo de cada entrenador, sus modismos o la terminología que utilice, creo que es adecuado describir en este idioma las acciones y los conceptos fundamentales del juego. Si acostumbramos al jugador a esta terminología, le será sencillo adaptarse a otros entrenadores y a otros contextos.

Estos son algunos aspectos que considero indispensables a tener en cuenta por cualquier entrenador que hoy pretenda desarrollar un programa de desarrollo de jugadores. Algunos son a partir de ideas propias y otros surgieron del aporte de otros colegas a través del post que hice en redes sociales. Seguramente haya muchos más. Te propongo considerarlos y pensar cómo potenciar tu programa para formar jugadores que puedan adecuarse al básquet moderno.

por Pablo Genga

Agradecimientos

Gracias al aporte de @coach_lauracors, @emynoir, @leandro_dannunzio, @ivancolmann, @metodorn, @coachluisjulio, @facualvarez11, @naza.linaress, Diego Cuadrado, Cesar Andrés Ponce Ganvini, Fabricio de la Vega, José Enrique Varela Rosario, Miguel Forchino, Luis Arias, Danilo Bahamondez Vera y María Ferrer.

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