La dimensión emocional, desde hace algunos años, está ganando terreno en el campo de la enseñanza y el aprendizaje. La idea que “Sin vínculo no hay aprendizaje, que para ser efectivo necesitamos formadores afectivos” toma fuerza. Y eso es alentador, sin dudas.
En este sentido, la motivación pasa a ser un indicador que dialoga con otras dimensiones en el amplio abanico de saberes que necesitamos para enseñarles a los chicos y a las chicas a jugar al mini básquet.
II Congreso Internacional de mini básquet LG
La complejidad de las prácticas se caracteriza por la multidimensionalidad (aspectos vinculares, expresivos, conceptuales, técnicos, perceptivos, motores.), la simultaneidad (las dimensiones o aspectos del juego se presentan al mismo tiempo) y con una demanda de inmediatez: el juego “te lleva puesto”.
Por un lado está la frase repetida “a los chicos de hoy no les interesa nada” o “los chicos de hoy tienen menos valores que los de antes”. Como punto de partida me parece peligroso, equivocado y sin sentido. Como consecuencia de esos juicios previos se pone en tensión la relación entre el interés y el esfuerzo. Claramente aprender requiere un esfuerzo, si no hay interés es difícil conseguir el esfuerzo necesario. Sin embargo, el esfuerzo no requiere un sacrificio si hay interés, la pasión es el interés en su máxima expresión.
- Generar un clima distendido en las prácticas.
- Ofrecer la posibilidad de la elección.
- No permitir críticas negativas o burlas en la cancha, ni de parte del docente ni de los jugadores.
- Alentar el trabajo y los logros en equipo.
- El nivel de instrucción debe ofrecer un nivel de desafío medio, encontrar el equilibrio entre desafíos y posibilidades.
- Ayudarlos a avanzar desde su singularidad, respetando saberes previos y tiempos de aprendizajes.
- Focalizarse en el proceso y no en los resultados
- No elogiar el talento, sino en el esfuerzo.
- Hacer foco en lo positivo
- Ayudar a que los alumnos se autocorrijan.
- Impartir aprendizajes que sean significativos, que tengan sentido y se vinculen con el juego real.
- Sumar a la metacognición como recurso de retroalimentación: ¿Qué aprendimos hoy? ¿Para qué nos sirvió? ¿Qué les gustó más?
1- Marcar con una cruz cuál o cuáles de las anteriores ideas son habituales en tus prácticas.
2- Ordenar las afirmaciones que tildaste de 1 a 5, teniendo en cuenta que el 1 es la forma en que mejor te sentís enseñando.
3- Este apartado de cierre lo dejo para que reflexiones e incorpores a tus mediaciones didácticas, esas estrategias motivacionales que considerás que le pueden agregar valor a tu trabajo.
Para concluir esta mirada del impacto concreto de la motivación como elemento clave para acompañar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, los desafío a pensar estas miradas:
- El poder de todavía, cuando un jugador jugadora diga “no me sale”, “no puedo hacerlo”. Agregale la palabra todavía. “Todavía no te sale”. “Todavía no podés hacerlo”.
- ¿Cómo te imaginas tus entrenamientos si focalizaras tus elogios en el “hacer” y no el “ser”? ¿Te animas a cambiar el “sos muy talentoso” por el “me encanta cómo te estás esforzando”?
Por Juan Lofrano
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