Esperar no es una opción. Nos quejamos frecuentemente que no disponemos de todo el tiempo que quisiéramos para desarrollar jugadores, con lo cual una vez que los tenemos dentro de la cancha, de ninguna manera tenemos que sentarlos. Tenemos que ser creativos para exprimir cada minuto de práctica y convertirlo en un episodio de aprendizaje. Sin embargo, también es real que nos falta lugar. Por suerte (o por consecuencia de un plan de masificación correcto) son muchos los clubes que tienen sus escuelas de básquet o sus equipos de mini básquet llenos de chicos y chicas ilusionados por aprender. Y a veces no contamos con los espacios ideales para poder albergar a tanta cantidad de chicos. Las canchas quedan pequeñas, el resto de las categorías también demandan espacio y la franja horaria disponible para el uso de las instalaciones es acotada. La solución, entonces, no parece fácil.
Curso: Monitor en mini básquet
Lo más rápido que se nos viene a la mente es poner a muchos chicos a jugar en forma simultánea. De esta manera caemos en la trampa del 5vs5, en donde aparentemente hay 10 jugadores participando, cuando en realidad no es así. Es solo una ilusión. Son varios los trabajos de relevamiento de datos que comprueban que el juego síntesis (1) en el mini básquet no es eficiente, ya que son 2 ó 3 los jugadores que monopolizan el juego y el resto se convierte en espectadores de lujo. Por el contrario, sugerimos la utilización del juego reducido (2) como herramienta por excelencia para la etapa de iniciación, ya que está demostrado que aumenta en más de un 50% la participación activa de cada jugador en el campo de juego.
Descartada esta opción, pasamos a algunas alternativas que nos acercan a posibles soluciones, utilizando, como siempre, la didáctica como herramienta para potenciar la enseñanza y mejorar su calidad:
1- Usar el perímetro de la cancha para tareas ya conocidas y que no requieran de una explicación extensa ni de una supervisión continua: mientras dentro del campo de juego realizamos propuestas de desarrollo técnico o juegos de resolución de problemas, el perímetro de la cancha se convierte en espacios, por ejemplo, de perfeccionamiento de habilidades motoras básicas necesarias para una mejor disponibilidad motriz. También se puede usar para circuitos coordinativos o para espacios de desarrollo de fuerza en donde los jugadores, luego de concluir su tarea dentro del campo, tienen que pasar por alguno de ellos de forma rotativa.
2- En los driles, utilizar como defensores pasivos a jugadores que ya hayan realizado la tarea: aquellos jugadores que hayan concluido con su ejecución pasarán a cumplir el rol de defensores pasivos. De acuerdo a la dificultad de la tarea pueden sostener su balón en la mano y dejarla quieta o bien intentar impactar con su balón al balón que driblea el compañero que está ejecutando el dril.
3- En los juegos, por ejemplo, en 3vs3 en cancha transversal, utilizar pasadores en los laterales: esta dinámica tiene como consecuencia diferentes beneficios, en términos de desarrollo táctico, perceptivo y también en la dinámica de participación del juego. Por un lado, hacemos ancha la cancha, haciendo que la pelota se lateralice. Si el pasador es fijo, entonces será una excelente opción para practicar el “pasar y cortar”. Si el pasador es dinámico, es decir que el jugador que pasa reemplaza al pasador y este se convierte en jugador de campo, se genera una situación de superioridad numérica momentánea que desarrolla la percepción y toma de decisión, tanto del equipo ofensivo (que deberá sacar ventaja de ese jugador que por un momento no tendrá defensa) como también del equipo defensivo (ya que deberá reorganizar su asignación de manera tal que el nuevo jugador tenga alguien que lo defienda).
4- Organizar las fases de juego en forma dinámica: de esta manera, mientras dos equipos estarán dentro del campo, otros dos equipos estarán en la línea de fondo de cada aro. Cuando se produzca una conversión en ese aro, el equipo que recibió la canasta saldrá y el equipo que estaba bajo el aro ingresará en situación de ventaja. Esta alternativa tiene un pro y una contra. La ventaja es que el equipo que ingresa, puede organizarse previamente y sacar ventaja de su orden, frente a la disposición aleatoria en la que quedó el equipo que acaba de convertir. Es una buena opción si estamos comenzando con la enseñanza del contraataque y la identificación de las calles. La contra es que quitamos una fase del juego, porque al recibir la conversión, el equipo defensor no puede sacar rápido e intentar compensar esos puntos en contra, sino que debe salir para dejar lugar al otro equipo. Aquí es donde debemos observar y tomar una decisión que se ajuste a lo que necesitamos en ese momento del proceso de enseñanza.
5- Por último, podemos asignar a cada jugador un coach personalizado ¿Y esto cómo sería? En mi formación como profesor de educación física un buen profesor alguna vez nos explicó que la enseñanza recíproca era una excelente estrategia de enseñanza porque no hay nadie más significativo para enseñar algo que un par, un compañero, un amigo ¿Y qué tal si la ponemos en práctica? Más allá de la tarea o propuesta que planteemos, hagámosla en parejas. En donde durante un momento uno es el protagonista, es decir, quien ejecuta y el otro lo ayuda y lo corrige. Cada vez que aplico esta estrategia de enseñanza el resultado es exitoso. Los chicos disfrutan mucho de ponerse en el rol de profes por un momento y, por otro lado, también les gusta que sea un compañero quien pueda decirle algo que los haga jugar mejor.
No son las únicas alternativas que tenemos disponibles para aumentar la tasa de participación en nuestras prácticas. Habrá mejores o simplemente otras. De lo que estoy convencido es que la línea entre prácticas dinámicas y participativas y prácticas en donde solamente los chicos están entretenidos es muy finita. El entretenimiento está muy bien, siempre y cuando haya un contenido detrás. Es decir: ¿divertirse y aprender? Sí. Siempre. Ahora, solo divertirse, sería igualar a una práctica de mini básquet con un cumpleaños o un pelotero.
No me cabe duda que la didáctica es la herramienta por excelencia para hacer de nuestras prácticas masivas, numerosas y con limitaciones de espacio, verdaderos espacios participativos, divertidos y por sobre todas las cosas, de aprendizaje.
por Pablo Genga
(1) Entendemos por “juego síntesis” al básquet en modalidad 5vs5, sin adecuación de espacio ni de cantidad de jugadores de acuerdo al nivel de posibilidad de resolución de problemas de los jugadores que participan en él.
(2) Entendemos por “juego reducido” a una modificación del básquet en términos de espacio (se sugiere usar canchas de forma transversal al campo de juego original) y de cantidad de jugadores ofensivos y defensivos (la modalidad 3vs3 está estudiada como una de las más efectivas en este aspecto).
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