Ni bien terminé de ver el partido de Dallas contra Milwaukee, el sábado pasado, me quedé pensado que jugar bien al básquet era lo que acababa de hacer Luka Doncic. Tengo que esforzarme para no llenar de adjetivos calificativos este relato, prefiero utilizar la simpleza y la potencia del término Jugar bien. Me resultaría mucho más fácil fundamentar esta afirmación presentado sus números: 36 puntos, 19 asistencias y 14 rebotes que son sin dudas extraordinarios, pero quiero ir más allá del análisis cuantitativo.
Cuando nuestros colegas en formación nos piden conceptualicemos sobre qué es ser coordinado, qué es entender el juego. Y más: ¿Qué es percibir el contexto, manejar los tiempos, conocer posibilidades motoras? ¿Qué es saber jugar en equipo haciendo mejor a cada compañero? ¿Qué es saber disfrutar del triunfo y ser medido a la vez? Estas preguntas se responden con la actuación de este gran jugador esloveno.
Como entrenador de minibásquetbol tengo que tener la sabiduría de transferir estos espejos en acciones educativas. Mis jugadores y jugadoras tienen que saber que su naturalidad para jugar es el resultado de muchas horas de entrenamiento y que no se trata de magia o de suerte.
Alguien descubrió sus aptitudes iniciales, sin dudas, pero el secreto es poder estimularlo y formar ese supuesto talento natural. Cuando vemos a un deportista de élite tenemos que destacar las horas de esfuerzo que tiene en su proceso. No lanza, driblea, pasa, toma un rebote, corre las calles, lee el juego, utiliza los espacios, cambia de ritmo, anticipa. Todas las competencias (habilidades complejas) que se nos ocurran las consigue porque practicó una y mil veces cada gesto, cada situación, hasta lograr un nivel de excelencia y dar la sensación que no se esfuerza.
Pongo en debate los estilos de liderazgos con los que uno se identifica. Puede ser empujando (¿maltratando?) a los compañeros. O desde un equilibrio sensato que potencia al equipo. Doncic consigue que el pasaje del yo al nosotros sea disfrutable desde el equilibrio sensato, lo cual marca una gran diferencia con otros grandes jugadores y ex jugadores del mundo NBA.
Si tuviera la oportunidad de dialogar con su equipo de formadores le preguntaría cómo fue su pasaje por la iniciación deportiva, cuánta importancia le dieron a la resolución de problemas, qué importancia le dieron a la técnica como herramienta aplicable en el juego real y qué lugar ocupó el juego en esa etapa.
Y si tuviera la posibilidad de hablar con Luka Doncic le diría Muchas gracias, hacés de este deporte algo hermoso para mirar y sentir.
por Juan Lofrano
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