Nadie estaba preparado para lo que nos toca vivir. Pasaron meses sin contacto con el mundo exterior, sin la posibilidad de hacer lo que nos gusta ni de cumplir con nuestras obligaciones. Hubo que buscar nuevos caminos para que los chicos y las chicas continuaran con sus actividades deportivas. La web y las plataformas interactivas se ubicaron como herramientas centrales, pero no reemplazaron a los entrenamientos de mini básquet, principalmente porque no todos ni todas tenían acceso a una pelota, conos o escaleras de skipping para entrenar. Los clubes prestaron sus materiales, pero no siempre alcanzaban.
Así fue que las medias, las zapatillas, las botellas de plástico y cualquier pelota que había en casa se convirtieron en elementos necesarios para continuar las prácticas. En mi caso puntual, me pareció un buen momento para enfocarme en el lanzamiento. Hace un año –todavía en cancha– empecé a darme cuenta de la poca importancia que le daba a este fundamento. Aun cuando el objetivo final del básquet es convertir o como también decimos: hacer el gol.
El 2020 lo inicié con mucha planificación. Hasta que llegó la pandemia. Fue un momento crítico, necesitábamos sortear este obstáculo tan complejo. Con trabajo encontramos una solución. Una alternativa. Considero que en mini básquet, como también en categorías formativas, hay aspectos que no se pueden obviar cuando hay que enseñar este fundamento.
Los siguientes son los puntos de las estrategias didácticas que utilicé y sigo utilizando para enseñar el lanzamiento.
Vamos a utilizar sillas, cajas, pelotitas de tenis o medias, botellas de plástico y una pelota.
1- Alineación (lado lanzador)
Este principio debemos tenerlo presente en cada una de las actividades. Como podemos ver en el video debajo de este texto, tobillo, cadera, hombro y codo se ubican en un mismo eje. Al iniciar y al finalizar cada gesto. Generalmente se dice que el brazo lanzador debe estar en L. Si el alumno no tiene fuerza para hacer ese movimiento también propongo colocar el brazo en V, siempre y cuando se respete lo mencionado.
2- Sumatoria de fuerzas
Para que la mecánica tenga armonía y se realice en óptimas condiciones, deben estar coordinadas la conexión y la continuidad de todos los músculos y articulaciones que realizan la fuerza para iniciar (pies) y finalizar (dedos de la mano). En esta oportunidad utilizaremos una silla e intentaremos que sin pausar el movimiento ascendente los niños y las niñas logren lanzar la pelota.
3- Toma del balón
Gran momento para lograr que el lanzamiento sea estable y confiable. El balón se toma con las almohadillas de los dedos sin que la palma lo toque. La mano lanzadora va debajo de la pelota y la mano guía al costado. Si colocamos una caja como referencia de pelota, los conceptos mencionados se cumplen a la perfección.
4- Dedos de la mano lanzadora
Diferentes estudios realizados por expertos en la materia dicen que estos dedos son cómplices al finalizar la ejecución del tiro. Hay que colocar el dedo índice en el centro. Algunos prefieren colocar en el centro la unión de los dedos. Los últimos en tocar el balón tienen que ser el índice y el mayor. Ambos esquemas concluyen el cierre de la sumatoria de fuerzas. Con una media o una pelotita de tenis podemos focalizar la atención del tiro.
5- Grip o rotación del balón
La pelota lanzada lleva en sí misma una fuerza de traslación. Y se le efectúa un movimiento que le aplica una fuerza de rotación en sentido contrario, que junto a la gravedad genera una última fuerza resultante que hace que caiga o descienda. Esto se logra con un quiebre de muñeca final que se puede ejercitar con una botella de plástico. Este movimiento se puede exagerar: hay que procurar que la botella gire en el aire al realizar el gesto técnico adecuado.
6- Parábola
Junto al punto anterior, hay dos aspectos que la física contempla. Los investigadores mencionan un ángulo de salida de 60 grados para que el lanzamiento tenga éxito. A lo largo de mi carrera como entrenador observé que los niños y las niñas obvian este paso con tal de tirar fuera de su rango de tiro. Es recomendable, entonces, hacerlos tirar desde atrás del tablero u obstaculizando la salida lineal del tiro para lograr una parábola.
Una aclaración: realizar estos ejercicios simples no es garantía de enseñanza ni de aprendizaje. Tenemos que adaptarlos a cada niño, niña o joven y realizar un buen diagnóstico individual para saber si son convenientes hacerlos o si simplemente no pueden ejecutarlos porque todavía hay que trabajar en el control corporal, fuerza, coordinación, equilibrio, etcétera.
por Damián Alonso – entrenador ENEBA 3